Bicarbonato en el Agua Potable: ¿Amigo o enemigo?
¿Qué es el Bicarbonato?
El bicarbonato de sodio (NaHCO₃) es una sal ampliamente conocida por sus aplicaciones en la cocina, la medicina y el tratamiento del agua. En el contexto del agua potable, el bicarbonato se encuentra de forma natural o puede añadirse como parte de los procesos de tratamiento, debido a su capacidad para regular el pH y neutralizar la acidez del agua.
¿Cómo llega al agua potable?
El bicarbonato puede llegar al agua de consumo a través de procesos naturales de disolución de minerales como la calcita y la dolomita en el subsuelo, o bien por su uso en tratamientos de remediación en fuentes contaminadas. Estudios como el realizado en la reserva ecológica Grand Bay (Mississippi, EE.UU.) han demostrado su efectividad como agente corrector en casos de contaminación antropogénica, especialmente para remediar la presencia de bacterias fecales como E. coli, Campylobacter y Enterococcus.
¿Qué efectos puede tener en la salud?
El bicarbonato, en concentraciones normales en el agua potable, no representa un riesgo para la salud humana. De hecho, en algunos casos puede tener beneficios. En un estudio en animales, el bicarbonato administrado en el agua ayudó a mantener el equilibrio ácido-base del organismo durante condiciones de estrés térmico, corrigiendo el desequilibrio producido por la alcalosis respiratoria.
Sin embargo, su uso en concentraciones elevadas podría alterar este equilibrio, como se observó en aves que recibieron infusiones de soluciones al 2% de NaHCO₃, lo que elevó significativamente el pH sanguíneo. Esto sugiere que, si bien es útil, su aplicación debe estar cuidadosamente controlada para evitar efectos indeseados.
¿Qué dicen los organismos oficiales?
- OMS (Organización Mundial de la Salud) y EPA (Agencia de Protección Ambiental de EE. UU.) no establecen un límite máximo específico para el bicarbonato en el agua potable, ya que generalmente no se considera tóxico en los niveles habitualmente presentes, sin embargo se recomienda un nivel inferior a 250 mg/L para la salud.
- NHMRC (Consejo Nacional de Investigación Médica y de Salud de Australia) también señala que el bicarbonato contribuye a la alcalinidad del agua, lo que puede influir positivamente en su palatabilidad y estabilidad química.
¿Por qué importa?
El bicarbonato mejora la calidad microbiológica del agua cuando se utiliza en tratamientos, reduciendo el riesgo de enfermedades transmitidas por patógenos como Salmonella, Vibrio cholerae o Giardia. Su uso, además de ser económico y natural, puede ser una solución viable en zonas rurales o ecosistemas sensibles donde otras formas de desinfección no son viables.
Conclusión
- El bicarbonato en el agua potable es generalmente seguro y beneficioso.
- A altas concentraciones o con usos descontrolados, puede alterar el equilibrio ácido-base del organismo.
- Su aplicación como agente corrector en aguas contaminadas es prometedora y eficaz, especialmente frente a contaminaciones bacterianas.