El Problema de los Enterococos: Un Riesgo para la Salud y un Indicador de Contaminación
Los enterococos son bacterias que habitan normalmente en el intestino humano y de otros vertebrados. Sin embargo, pueden volverse patógenos y representar un problema tanto para la salud humana como para la calidad del agua. Este artículo explora el papel de los enterococos en las infecciones, su resistencia a los antibióticos y su significado como indicadores de contaminación fecal en el agua.
¿Qué son los Enterococos?
Los enterococos son bacterias Gram-positivas, catalasa negativas, anaerobias facultativas y con un metabolismo fermentativo de tipo láctico. Generalmente son inmóviles y se encuentran en parejas o en cadenas cortas. Entre las especies más comunes se encuentran Enterococcus faecalis y Enterococcus faecium, presentes respectivamente en el 90-95% y en el 5-10% de las muestras fecales humanas.
Desde los años 80, los enterococos fueron separados del género Streptococcus y clasificados como un género bacteriano independiente debido a sus características peculiares:
● Alta resistencia ambiental
● Crecimiento en medios con NaCl al 6,5% y sales biliares al 40%
● Replicación en un rango de pH entre 4,5 y 10
● Sobrevivencia a temperaturas de 10°C a 45°C y hasta 30 minutos a 60°C
● Alta resistencia a antibióticos y antibacterianos
Enterococos e Infecciones
Aunque los enterococos son menos virulentos que los estreptococos y estafilococos, pueden causar infecciones, especialmente en individuos inmunocomprometidos. Las infecciones más comunes incluyen:
● Infecciones urinarias (las más frecuentes)
● Endocarditis
● Bacteriemia
● Diverticulitis
● Infecciones abdominales
● Meningitis (rara pero posible)
Además, los enterococos pueden adherirse a las células epiteliales renales y a las válvulas cardíacas, favoreciendo el desarrollo de pielonefritis y endocarditis enterocócicas. La sepsis por enterococos tiene una tasa de mortalidad estimada entre el 30-40%.
Modalidades de Transmisión
Los enterococos se transmiten predominantemente en ambientes hospitalarios (infecciones nosocomiales). Los principales vectores de contagio son:
● Contaminación de las manos del personal sanitario
● Instrumentos y dispositivos médicos infectados
● Contaminación del agua potable
Los principales factores de riesgo para las infecciones por enterococos incluyen:
● Hospitalización prolongada
● Presencia de un catéter vesical
● Condiciones de inmunodepresión
Resistencia a los Antibióticos: Un Problema en Crecimiento
Uno de los mayores problemas relacionados con los enterococos es su resistencia a los antibióticos. Muchas cepas muestran resistencia a:
● Penicilinas
● Cefalosporinas
● Aminoglucósidos
● Carbapenems
En los últimos años ha surgido una cepa particularmente peligrosa: VRE (Enterococo Resistente a la Vancomicina). Las infecciones nosocomiales causadas por E. faecium son difíciles de tratar y requieren el uso de antibióticos específicos como quinupristina/dalfopristina, rifampicina y tigeciclina.
Enterococos en el Agua: Un Indicador de Contaminación Fecal
Los enterococos se utilizan como indicadores de contaminación fecal en el agua potable y ambiental. Su presencia sugiere:
● Una reciente contaminación fecal
● Una posible presencia de patógenos fecales peligrosos
● Una ineficacia en los sistemas de purificación del agua
En comparación con E. coli, los enterococos son más resistentes a la desecación y a la desinfección con cloro, lo que los convierte en indicadores más fiables de la calidad del agua en algunos contextos. A menudo se monitorean en caso de reparaciones o reemplazos de tuberías.
Cómo Prevenir las Infecciones por Enterococos
● Higiene hospitalaria rigurosa: desinfección de manos e instrumentos médicos
● Control de la calidad del agua: monitoreo de la presencia de enterococos
● Uso correcto de los antibióticos: limitar el abuso de antibióticos para prevenir la resistencia
● Evitar el consumo de agua contaminada
Conclusión
Aunque los enterococos forman parte de la flora intestinal normal, pueden volverse peligrosos en determinadas circunstancias, especialmente debido a su resistencia a los antibióticos. Además, su presencia en el agua es una señal de advertencia de contaminación fecal. Una adecuada prevención y control de las infecciones, tanto en el ámbito sanitario como ambiental, es esencial para reducir los riesgos relacionados con estas bacterias.