El Equilibrio Invisible en el Agua: La Mineralización y Nuestra Salud
Cada vez que abrimos el grifo, recibimos mucho más que simple H₂O. El agua potable es una solución compleja que transporta una variedad de minerales y sales disueltas, esenciales no solo para su sabor, sino también para nuestra salud y el correcto funcionamiento de nuestras instalaciones domésticas. Este contenido de sales se conoce como "mineralización". Pero, ¿qué significa exactamente? ¿Y cuál es el equilibrio adecuado? Analicemos lo que dicen las principales autoridades sanitarias mundiales.
¿Qué es la Mineralización del Agua Potable?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mineralización del agua se mide a través de un parámetro llamado "Sólidos Totales Disueltos" (STD), del inglés Total Dissolved Solids (TDS). Este valor indica la concentración total de todas las sustancias inorgánicas y orgánicas disueltas en un volumen de agua. Este parámetro se conoce comúnmente como "Residuo Fijo a 180°C", que expresa la cantidad de minerales que quedan después de evaporar un litro de agua a 180°C. La OMS no establece un límite sanitario para los STD, pero sí clasifica su agrado al paladar:
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Excelente: menos de 300 mg/L
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Bueno: entre 300 y 600 mg/L
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Discreto: entre 600 y 900 mg/L
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Desagradable: superior a 1200 mg/L
Por lo tanto, un agua no es "pura" en el sentido químico del término, sino un vehículo de elementos naturales.
Los Protagonistas: Los Compuestos Químicos Implicados
Los minerales presentes en el agua provienen de su recorrido natural, durante el cual fluye a través de rocas y terrenos. Las principales sustancias químicas que contribuyen a la mineralización, como indican la EPA y la EFSA, son iones positivos (cationes) y negativos (aniones). Los más comunes incluyen:
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Cationes: Calcio (Ca2+) y Magnesio (Mg2+), que determinan la llamada "dureza" del agua. También están presentes el Sodio (Na+) y el Potasio (K+).
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Aniones: Bicarbonatos (HCO3− ), Sulfatos (SO42− ) y Cloruros (Cl−).
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) reconoce que el calcio y el magnesio presentes en el agua potable pueden contribuir significativamente a nuestras necesidades diarias de estos importantes nutrientes.
Cuando los Minerales son Demasiados: Los Problemas del Agua "Dura"
Un agua con una alta concentración de minerales, en particular calcio y magnesio, se define como "agua dura". Según la OMS y otras agencias sanitarias, el consumo de agua dura generalmente no se asocia con efectos negativos para la salud de la población general. Al contrario, como ya se mencionó, puede ser una valiosa fuente alimentaria de estos minerales. Los problemas relacionados con un exceso de mineralización son predominantemente de naturaleza técnica y estética:
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Incrustaciones de cal: Los minerales precipitan y forman depósitos (cal) dentro de tuberías, calentadores de agua, lavadoras y otros electrodomésticos, reduciendo su eficiencia energética y su vida útil.
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Menor eficacia de los jabones: Los minerales reaccionan con los jabones y detergentes, reduciendo su poder espumante y requiriendo el uso de mayores cantidades de producto.
Un Agua Demasiado "Ligera": Los Riesgos de la Carencia de Minerales
Si un exceso de minerales causa principalmente problemas técnicos, su deficiencia puede conllevar riesgos para la salud. La Organización Mundial de la Salud ha estudiado a fondo los efectos del consumo de agua desmineralizada o con muy bajo contenido de minerales (como la producida por algunos sistemas de tratamiento doméstico como la ósmosis inversa no correctamente recalibrada). Los principales problemas son:
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Poca estabilidad y agresividad: El agua con pocos minerales es químicamente inestable y tiende a "capturar" los minerales de los materiales con los que entra en contacto. Esto significa que puede corroer las tuberías metálicas, liberando en el agua metales potencialmente tóxicos como plomo y cobre.
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Deficiencia de nutrientes: El consumo a largo plazo de agua desmineralizada priva al cuerpo de una fuente suplementaria de elementos esenciales como calcio y magnesio.
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Sabor plano: La mayoría de las personas encuentran el sabor del agua desmineralizada desagradable o "plano".
Encontrar el Equilibrio Adecuado: Las Soluciones
La gestión de la mineralización del agua busca encontrar un equilibrio óptimo.
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Para el agua demasiado dura: La solución más común es la instalación de un descalcificador de intercambio iónico. Este dispositivo elimina los iones de calcio y magnesio y los reemplaza por iones de sodio. Es importante señalar, como subrayan las agencias sanitarias, que este proceso aumenta el contenido de sodio en el agua potable. Las personas que siguen una dieta baja en sodio por motivos de salud (como la hipertensión) deberían tenerlo en cuenta.
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Para el agua de baja mineralización: Si el agua ha sido tratada con procesos como la destilación o la ósmosis inversa, es fundamental proceder con una fase de remineralización. La OMS, especialmente en sus documentos sobre las plantas desalinizadoras, recomienda hacer pasar el agua a través de filtros que contengan minerales como la calcita (carbonato de calcio) para reintroducir las sales esenciales, estabilizar el agua y hacerla segura y agradable al gusto.
Conclusión
En conclusión, el agua "perfecta" no es aquella desprovista de todo, sino la que presenta un equilibrio mineral equilibrado, capaz de saciar nuestra sed, aportar nutrientes y no dañar nuestras instalaciones.